FITOPATOLOGÍA Y TERAPÉUTICA EN EL CULTIVO DEL GLADIOLO PARA FLOR CORTADA
3. PLAGAS Y ENFERMEDADES.
3.2. Enfermedades Criptogámicas
3.2.5. Urocystis Gladiolica Ainse
Es una enfermedad que, por lo general, se origina durante la formación de cormos, y cuyos síntomas se manifiestan en el cultivo para flor.
En el primer año de su infección (producción de bulbillos) los síntomas son muy escasos. De vez en cuando se ve algo en las hojas del bulbillo al final de la campaña y, casi siempre, en las partes bajas del mismo. En los estolones por los que se une a otros bulbillos aparecen unas manchas un tanto hinchadas, de color gris; bajo la epidermis hay esporas negras. Al año siguiente, que pudiera ser el de cultivo para flor, los síntomas se manifiestan desde la brotación hasta poco antes de la floración. Al principio comienzan a aparecen una serie de rayas longitudinales sobre las hojas jóvenes, transparentes y de color gris plateado, que se van extendiendo a medida que las hojas crecen, siendo perfectamente visibles más tarde, sobre todo en el cuello de la planta. En esta fase son como largas estrías formadas por una masa negruzca y pulverulenta, situada bajo la epidermis foliar, agrietándose más tarde la epidermis (a modo de una cremallera) y dejando en libertad toda esa masa negruzca que son las esporas del hongo.
Es raro encontrar síntomas en los cormos. En ocasiones aparecen manchas aisladas, o en grupos, de color marrón, de ahíla dificultad con que se encuentra el productor de flor para eliminar cormos infectados a la hora de realizar la plantación, puesto que cormos aparentemente sanos pueden resultar infectos.
La transmisión de la enfermedad se efectúa por medio de las esporas del suelo, las cales caen de las plantas enfermas en la misma parcela o son traídas del exterior por un medio cualquiera, pudiendo conservarse en el suelo hasta 10 años.
La infección solamente es posible entre 9 y 25’5º C, siendo el óptimo para su desarrollo entre 13 y 20º C. El calor es contrario a su desarrollo. A 25º C se reduce muy considerablemente y a 30º C se inhibe por completo.
La lucha contra esta enfermedad debe basarse en una buena desinfección de los cormos, antes de la plantación, que se completará con unas buenas medidas de higiene y limpieza tanto en el almacén como en el cultivo.
a) Medidas culturales
– Eliminar al primer síntoma cualquier foco de infección.
– Utilizar cormos sanos.
– Siempre que sea posible, utilizar campos vírgenes para este cultivo, o no repetir el cultivo al menos durante 10 años.
– Sumergir los cormos en diciembre o enero, durante media hora a una hora, a 47º C y dejarlos secar rápidamente. Los bulbillos pueden sumergirse a 53º C, durante media hora.
b) Tratamientos químicos
– Desinfectar los cormos antes de plantar con cloruro de metoxietilmercurio, a la dosis de 5 gramos de producto por litro de agua, durante media hora a una hora y dejarlos secar rápidamente.
3.2.1. Curvularia trifoli (Kaufman), Boend f. sp. Gladioli Parmelee y Lutreli
Este hongo puede afectar a todas las partes del gladiolo, raíces, cormo, tallos, hojas y flores, sobre las que provoca una serie de manchas negruzcas atacando con preferencia a las flores y tejidos jóvenes en formación.
Las manchas en las hojas y tallos son ovales, color castaño claro a oscuro, ligeramente deprimidas y con el margen amarillento. Los centros de las manchas aparecen cubiertos por esporas negruzcas. Las flores no llegan a abrirse cuando sus peciolos son afectados. En circunstancias de clima favorable, las flores llegan a mancharse completamente.
Fotos 37: Variedades gladiolo que muestran la respuesta variable al C. trifolii f. sp. gladioli en una nota 0-4 escala de algunas lesiones discretas del hongo Curvularia en la zona cercada.
Foto 38: Curvularia en hojas.
En los cormos, sobre las escamas, se ven manchas y rayas alargadas, de un color marrón claro, hasta marrón oscuro. Si quitamos las escamas, veremos sobre la carne unas manchas secas, de forma irregular y de color negruzco que, en ocasiones, profundizan en el interior del cormo. Las yemas que tiene el cormo aparecen bordeadas por una mancha de color oscuro. Estos síntomas aparecen principalmente en la parte baja del cormo. De no poner el remedio adecuado, durante el almacenaje las manchas continúan desarrollándose; los tejidos enfermos se endurecen y posteriormente se separan de los no afectados, por esta causa raramente se necrosan completamente los cormos. Esta enfermedad es muy virulenta en las regiones calurosas, sobre todo si son acompañadas de lluvias y rocíos. La temperatura óptima de desarrollo del hongo es de 30º C.
Así como la enfermedad es muy peligrosa en el caso de bulbillos destinados a almacenado y recrío, los cormos destinados para producción de flor, se desarrollan igual que uno sano.
El control de esta enfermedad debe basarse en la aplicación de frecuentes tratamientos preventivos a la vegetación, cuando las condiciones climáticas sean óptimas para su desarrollo.
a) Medidas culturales
– No cultivar variedades sensibles en zonas calurosas (30º C o más).
– Almacenar los cormos en áreas bien ventiladas.
– Tratar los cormos con agua caliente.
– No cultivar en suelos infectados, puesto que las infecciones tienen su origen en ellos.
b) Tratamientos químicos
– Desinfección de cormos.
Únicamente con productos a base de mercurio.
– Tratamientos durante el cultivo.
Frecuentes tratamientos preventivos, durante tiempo normal cada 7-10 días, y a partir de 30º C, si hay lluvias frecuentes o fuertes rocíos, cada 2-3 días, con productos a base de Zineb o Nabam.
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José Ramón Bosque
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