3. PLAGAS Y ENFERMEDADES. 

3.2. Enfermedades Criptogámicas

3.2.7. Roya

La infección está causada por el hongo Uromyces transversalis (Thümen) G. Winter, que ataca cultivares híbridos de gladiolo para la producción de flor cortada, podría tener un impacto significativo si el hongo se establece o se dispersa en invernaderos o terrenos para posteriores cultivos.

Foto 39: Roya

La infección de este hongo provoca pequeñas postulas abultadas de color naranja, que se sitúan de forma transversal a ambos lados de las hojas.

Foto 40: Roya

Al  cabo de un tiempo el hongo rompe el tejido saliendo un polvo anaranjado. Estas son las esporas responsables de la difusión de la enfermedad. En condiciones climaticas húmedas y con temperaturas altas, el hongo se desarrolla más intensamente.

Foto 41: Hojas de gladiolo severamente infectadas con roya.

a) Medidas culturales

– Después de la recolección de las flores, arrancar y destruir cuidadosamente los restos de las plantas infectadas, quizá por medio del fuego resulte la manera más útil.

b) Tratamientos químicos

– En Pulverizaciones se utilizan productos preferentemente a base de Oxycarboxin, Benodanil  ó Triadimefon. Es preferible, que los tratamientos se realicen semanalmente desde que se aprecien los primeros síntomas.

3.2.8. Penicillium Gladioli

Esta enfermedad sólo se manifiesta en ciertas razas de gladiolo durante su almacenamiento.

Foto 42: Penicilium.

Los cormos atacados presentan chancros perfectamente limitados, no difuntuados (4-8 mm. de diámetro), irregularmente redondeados, y más o menos profundos. Posteriormente, los tejidos alterados abarcan una gran parte del bulbo.

Cuando los bulbos están húmedos, se recubren de una abundante eflorescencia de color azulado, mientras que en las zonas verdaderamente afectadas aparecen unos pequeños esclerocios de color amarillo claro.

Esta enfermedad penetra en el bulbo a través de las heridas, siendo favorecido su desarrollo por la humedad.

Para evitar este problema, se aconseja manipular los bulbos con sumo cuidado y conservarlos en locales secos y frescos, preferentemente con temperaturas bajas.